Tal vez te ha pasado que mientras caminas o estás en tu casa empiezas a notar que algunos objetos tienen rostros o formas, aunque parezca raro no lo es, de hecho, se trata de un fenómeno psicológico bastante común en los humanos.
La pareidolia consiste en reconocer patrones significativos (como caras) en información aleatoria de la vida cotidiana, básicamente nuestro cerebro está predispuesto a reconocer rostros.
Por medio de este fenómenos podemos atribuirle un significado y forma a objetos, paisajes, nubes o rostros en cosas.
De acuerdo al astrónomo Carl Sagan en su obra, The world haunted by demons, los humanos y algunos primates son sociables y disfrutan la compañía de los demás, por eso, relacionar los rostros con formas de la vida cotidiana es tan común; estamos acostumbrados a no estar solos.
Es muy normal presenciar este tipo de fenómenos en nuestra vida cotidiana por lo que no te sorprendas cuando veas alguna caja con una carita sonriente o una manta enojada.
Las siguientes imágenes son ejemplos de paredoilia, aunque es importante destacar que la perspectiva depende de la persona que lo ve. Para alguien mayor puede ser una cara triste, mientras que un niño puede verla feliz o tal vez ver un animal y no un rostro.