La magia de las cámaras es poder captar momentos, personas y cosas que se quedan como un buen recuerdo o como la evidencia de que algo ya sucedió; básicamente se convierten en la herramienta perfecta para volver al pasado.
No siempre ver una colección de fotografías trae sensaciones positivas, en ocasiones, al verlas sentimos nostalgia, ilusión, asombro o miedo; el caso de las imágenes históricas es muy importante ya son testigos visuales de los hechos que ya sucedieron.
Sin ellas, no podríamos saber sobre las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial o sobre las grandes batallas o los acontecimientos importantes en el mundo, como los inventos o innovaciones. Aunque nos gusta mucho ver fotografías como pasatiempo, las siguientes imágenes son algunas de las más espeluznantes de la historia.
Martin Luther King Jr. con su hijo sacando una cruz quemada frente a su casa, abril de 1960.
Una carta de la paciente esquizofrénica Emmy Hauck a su esposo. Simplemente consiste en la frase “Herzensschatzi Komm” (Querido, por favor ven) y “Komm Komm Komm” (Ven, ven, ven) una y otra vez.
Un payaso aterrador del siglo XX.
Como los niños no se podían quedar quietos durante sus sesiones de fotos, sus madres usaban túnicas negras para sostenerlos mientras tanto.
Máscara de metal del siglo XVII, utilizada para contener individuos considerados “locos”.
Reunión del “Club de Mickey Mouse” en la década de los años 30.
Dientes humanos encontrados en la pared de un edificio anteriormente utilizado como consultorio dental, principios del siglo XX.
Fábrica de muñecas.
Linda Blair, El exorcista, 1973.
Máscaras utilizadas por los médicos durante el siglo XVI.
Monjas lavando un crucifijo en 1938.
Máscara de natación, diseñada específicamente para proteger el rostro de la mujer de los rayos del sol. 1920
Tim Curry en el rodaje de “It” en 1990.
Traje de buzo del siglo XVIII.
Disfraces de Halloween en la década de 1930.
“Mi tía me dijo hoy que una vez encontró varios esqueletos en su patio trasero”.
Maniquíes derritiéndose en 1929.
Niños después de haber trabajado durante horas en una mina.