“Bienvenidas, bienvenidos, bienvenides” cada vez escuchamos más y más esta frase, ya sea con seriedad o en tono de broma. En los últimos años el lenguaje incluyente ha estado en debate por promover cambios en la manera de hablar de las personas.
El lenguaje es un reflejo de nuestra realidad, lo usamos para referirnos a lo que conocemos, pero lo que no conocemos no lo enunciamos. Es por esto mismo que para colectivos feministas y LGBTTTIQ+ representa una herramienta de visualización para las minorías que quedan opacadas por el género masculino.
Pero… ¿En realidad funciona para eliminar las diferencias?
La filóloga Concepción Company Company, Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y del Colegio Nacional, piensa que el lenguaje inclusivo no es la solución.
Si bien se considera afín al movimiento feminista, para ella la pelea no debe ser a través de la lengua, si no con los hablantes.
-¿Es sexista el lenguaje?
“Creo que la gramática no es sexista ni deja de serlo. No es un concepto que pueda ser aplicado a la gramática, pero sí al lenguaje y al discurso”
-¿Entonces sí puede serlo el lenguaje?
“Puede serlo el uso que hagamos de la gramática o cómo construyamos el discurso. Eso sí puede serlo, y de hecho muchas veces lo es. Por ejemplo, cuando a un hombre le dan un premio los periódicos mexicanos suelen decir: Juan Pérez fue reconocido con el premio Cervantes. En este caso Juan está a la cabeza de la oración, figura como el tópico, el principal. Pero si es una mujer con frecuencia aparece: el premio Cervantes le fue otorgado a Juana Pérez. Aquí quien aparece a la cabeza es el premio y la pobre Juana está a la cola. Eso sí es discriminatorio. También ocurre que si el premiado es un hombre se escribe un texto con su currículo y si es una mujer se ponen como mucho tres líneas”
El punto que propone Company es obvio, no se necesita visualizar nada, si no reorganizar el pensamiento.
-Le hablo como gramática e historiadora de la lengua: es una tontería; así, tranquilamente. En primer lugar, no es equidad de género, sino de sexo, el género es de la gramática, y aunque pueda escandalizar, es una obviedad gramatical que el género masculino no significa masculino hombre, sino que es indiferente al sexo. El género gramatical que en la lengua española puede discriminar es el femenino. Si yo digo: todos tenemos sentimientos, no es androcéntrico, no es machismo. Me parece además que el lenguaje incluyente es antieconómico, no me imagino a un creador diciendo ‘‘queridos compañeros y queridas compañeras’’. En aras de esa equidad estamos perdiendo equilibrio, elegancia en la lengua y podemos cometer errores gramaticales. En México hay una pelea en la Cámara de senadores para intentar modificar la Constitución… En fin, lo que tenemos que modificar es la sociedad.