Con una fachada inspirada en el Renacimiento y con poco más de 123 metros de altura, se encuentra uno de los castillos más increíbles de la Tierra, además tiene el título por Guinness World Records del más grande del mundo ubicado en una cueva.
El castillo de Predjama fue construido para estar “empotrado” en un barranco dentro de una cueva.
Además de ser una de las principales atracciones turísticas del país, el castillo tiene una historia muy interesante, en el pasado era utilizado como un punto estratégico para actuar de fortaleza frente a posibles atacantes.
La escalera vertical o el puente levadizo se retraía cuando era necesario, por lo que solo las personas que estaban dentro tenían el poder de abrirlo y cerrarlo, es decir, si algún invasor quería entrar, la misión era prácticamente imposible.
Por su gran tamaño, la fortaleza estaba equipada con varios tipos de habitaciones: un salón donde se celebraban las sesiones públicas y juicios, un salón de recepción para invitados, una sala de torturas e incluso mazmorras para prisioneros.
Debido a los fríos inviernos en la región, construyeron el castillo con paredes muy gruesas y lugares como la cocina o el comedor eran espacios cálidos para pasar el rato.
En relación a su historia, de acuerdo a los expertos en el tema, dicen que la letrina del castillo se volvió en una de las partes más interesantes de todo el lugar porque fue escenario principal de una gran traición.
Resulta que en 1480, el barón Erazemn von Lueg usó a Predjama como refugió luego de una batalla, tras la muerte del conde Pappenheim, miembro del Consejo Imperial de los Habsburgo.
A modo de venganza, el emperador Federico III ordenó asediar el castillo, pero gracias a la estructura de la edificación el barón logró suministrar de alimentos al castillo por medio de túneles secretos.
De acuerdo al historiador Voijko Jurca, los hechos que siguieron empezaron con la traición de un sirviente, quien le informó al enemigo la ubicación de von Lueg. Tras un corto viaje a las letrinas, alguien del exterior abrió fuego contra el lugar y las balas de cañón atravesaron el castillo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, las autoridades de la antigua Yugoslavia lo ocuparon y desde entonces ha sido utilizado como museo.
Hoy en día se reservan tours para los visitantes que quieran experimentar de cerca el esplendor de Predjama, pueden ver el dormitorio principal, el desván y el puesto de vigilancia, también se puede visitar ciertas zonas de la cueva.