El planeta tiene un aproximado de 1.390 millones de metros cúbicos de agua, lo cual representa cerca del 70 % de la superficie de la Tierra. De todo eso, el 97.5% del agua existente se encuentra en los océanos y mares de agua salada , únicamente el restante 2.5% es agua dulce.
Tener la oportunidad de contar con tantos escenarios impresionantes de cuerpos de agua en casi cualquier lugar del mundo es sin duda una de las ventajas de vivir aquí.
Sin embargo, no todos los países tienen accesos a ríos, lagos o mares, pero verlo aunque sea en fotografías nos da una idea del espectáculo que pueden ofrecer.
Probablemente has visto imágenes de lagos con un intenso color azul o mares con playas de arena más oscura, o tal vez presenciaste la separación del Océano Pacífico y Atlántico, su caso es bastante especial, porque sus aguas se ven completamente diferentes.
Por un lado, puedes percibir que un lado es más verdoso y el otro, es claramente más azul.
La pregunta que muchos se han hecho es ¿por qué dos océanos que convergen en un mismo lugar no se mezclan?, los expertos e hidrólogos han dado una explicación al respecto.
Todo es por la diferencia en la composición química de las aguas, los dos océanos tienen densidades, salinidades, biodiversidad y regímenes de temperatura diferentes, por lo que esto evita que puedan unirse como uno.
Aunque técnicamente los dos océanos se fusionan, cada uno de ellos existe por sí mismo y conserva su propia identidad.
Cuando hay una diferencia pronunciada entre los puntos de conexión, se le conoce como haloclina, que se define como el límite que se produce entre cuerpos de agua más y menos salinos.
La mezcla también se evita por la tensión superficial del agua, es decir, la fuerza por la cual las moléculas están conectadas entre sí.
En la costa de Dinamarca, en el Mar del Norte y en la frontera con el Mar Báltico se puede observar el fenómeno, también la línea divisoria de las aguas de Gibraltar y la unión de los mares Blanco y Barents, son vistas espectaculares que nadie querrá perderse. Cada año, miles de visitantes viajan para presenciar la haloclina.