El descubrimiento de algunas pinturas rupestres con enormes criaturas ha desatado una polémica sobre la existencia de megafauna prehistórica.
Se sabe que a finales del periodo Pleistosceno, hace más de 10 mil años, coexistieron perezosos gigantes, gliptodontes y caballos prehistóricos en la Amazonia colombiana. Pero un nuevo estudio sugiere que también los humanos compartieron espacio con ellos.
En dicha región amazónica, los humanos interactuaron con la megafauna prehistórica. ¡Y no solo eso!, también plasmaron en arte rupestre algunas de las especies que hoy en día están extintas. Las paredes verticales con estas pinturas se descubrieron recientemente en los límites de la selva amazónica, en la Serranía de Lindosa.
Jose Iriarte, arqueólogo de la Universidad de Exeter, es el lider del equipo que realizó tal hallazgo. En 2019, el grupo descubrió un conjunto de paredes a 200 kilómetros del Parque Nacional Serranía de Chiribiquete. En este lugar se encontraron las primeras pinturas rupestres de la región en el año 1986.
El arqueólogo concluyó que las pinturas eran la prueba de que humanos y mega animales convivieron durante el Pleistosceno.
Se trata de 12 kilómetros de paredes verticales llenas de pinturas rupestres que sorprendieron a los arqueólogos por su perfecto estado de conservación. En ellas se muestran escenas de la vida cotidiana de los que posiblemente fueron los primeros humanos contemporáneos en llegar a la amazonia. Estas huellas humanas tienen una antigüedad de más de 12,000 años, y según Iriarte, dichas pinturas son un retrato fiel de la fauna amazónica extinta e incluso actual.
¿Perezosos gigantes o capibaras?
El estudio publicado en Philosophical Transactions of the Royal Society B indica que los trazos de estas pinturas representan aves y tortugas que forman parte de especies que aún habitan la selva; así como perezosos gigantes, elefantes y caballos prehistóricos. Sin embargo, esta afirmación ha causado polémica entre la comunidad científica, especialmente con arqueólogos y paleontólogos.
En la imagen más popular del estudio (mostrada enseguida) está lo que parece ser un perezoso gigante acompañado de una cría y frente a un grupo de humanos. Si la escala de ambos elementos es correcta, la criatura duplica el tamaño de los humanos, lo que quiere decir que la teoría de Iriarte es correcta.
Pero la identificación de especies animales con pinturas rupestres es una práctica muy polémica. Las imágenes al no tener una fidelidad convincente con el espécimen, no son una prueba suficiente para sustentar la hipótesis.
Además, el equipo de Iriarte calcula que las pinturas rupestres de la Serranía de Lindosa tienen entre 12,000 y 8,000 años de antigüedad. Debido a que no se puede estimar con precisión cuándo fueron elaboradas, otros expertos consideran que las pinturas son mucho más recientes de lo que se estima.
La hipótesis de los científicos no involucrados en el estudio es que los animales representados en las pinturas no forman parte de la megafauna prehistórica extinta en los últimos 10,000 años. En realidad son especies conocidas en la actualidad como capibaras, tapires e incluso los caballos traídos desde Europa.